
No soy la más linda, tampoco la más inteligente, mucho menos la más afortunada. Soy fea, negativa, tengo el autoestima bajísimo. Me gusta usar ropa oscura, no confío en mi misma, pienso que todo me va a salir mal nada más porque es un proyecto que yo emprendo. Dejo que me usen, me enamoro siempre de los menos adecuados, sintiendome desdichada me siento cómoda, estoy acostumbrada a la angustia. Tengo amigas, que son las únicas capaces de sacarme una sonrisa, y tengo amigos, que me cuidan de todo lo que pueda hacerme mal. Detesto el color rosa, y soy ultra feminista. Tal vez piensen que estoy psicótica, yo lo pienso a menudo. Mi sonido preferido es el del silencio, cuando puedo pensar sin ninguna interferencia, cuando puedo concentrarme en mí. Por eso trato de estar en silencio lo menos posible, porque amo analizar, pero odio analizarme. Pienso en las cosas que me pasan y siento que Dios, los astros, y San Doroteo de Gaza están en contra mío. Soy mega-sarcástica, muy irónica, y tengo un humor muy inteligente (sólo el humor, quédense tranquilos, no es un ataque de vanidad).
No tengo novio, aunque estuve hasta hace una semana loca de amor por un chico, me dí cuenta de que jamás jamás jamás me va a dar bola y que tengo que dejar de sufrir por eso. Tengo una habilidad magnífica: puedo dominar absolutamente mi corazón con mi cerebro, y cuando me convencí de que Él no iba a estar nunca conmigo, simplemente dí la orden y dejé de sufrir. Buenísimo, no te parece?
En fin, tengo el pensamiento un poco distorsionado, siempre en contra mío.
Este es mi blog, y estoy tan orgullosa de él como de llamarme Valentina.
Este es mi blog, y estoy tan orgullosa de él como de llamarme Valentina.