Sigo insistiendo: Valen, hay una fiesta acá, hay una fiesta allá. Entonces yo al principio digo que no, y después que si, y después de vuelta que no y después que sí. Termino yendo. PARA QUÉ? Si yo sé que no me gusta!
Después viene lo lógico, no disfruto, no bailo, miro como todos la pasan bomba, yo me quedo sentada, quieta, sin comer, con cara de orto y deseando nada más que pase el tiempo así me puedo ir a dormir y a chusmear y comer una pizza con mis amigas. Lo que estoy esperando toda la noche es eso, poder hacer la segunda parte! Y cuando llego, disfruto como la mejor, me saco la ropa y me cago de la risa all night long.
Por eso amo las juntadas con las chotiñoñas y los chicos, que comemos unas pizzas y hablamos pelotudeces. No la puedo pasar tan genial.
Conclusión: Solo soy feliz si puedo estar así nomás, en un clima de confianza, morfando y cagandome de la risa. Odio salir a bailar. Me encanta mi vida de hermitaña, y quién tenga algún problema, vayase a cagar.
